Abriendo una nueva página

Conmemorando el día del aniversario del deceso de Baal haSulám

Estamos alejados del mundo de Ein Sof (Infinito) a una distancia de  125 escalones de disminución de la Luz, de ocultamientos, de encubrimientos y de desconexión completa de la verdadera realidad, como si estuviéramos sin conocimiento, no entendemos quiénes somos y dónde estamos. Debemos despertarnos de esta situación, volver al conocimiento y regresar a través de los 125 escalones al mismo lugar de donde descendimos, a nuestra raíz. De esta forma, de abajo hacia arriba, superando los ocultamientos, conseguimos asemejarnos al Creador, ser como Él.

De hecho, el hombre en este mundo no tiene ninguna posibilidad de despertarse a sí mismo y subir desde el punto más bajo, que está enterrado bajo 125 escalones de ocultamiento. Así fue dicho: “un prisionero no puede liberarse a sí mismo de la prisión”, necesita una fuerza exterior. No sentimos el mundo superior y nos imaginamos en una realidad falsa. Nos parece, por estar inconscientes, que vivimos y alrededor nuestro el mundo está lleno de personas, el planeta y el universo. Imágenes y formas aparecen en nuestro estado de inconsciencia y nos parecen como una vida real.

Cuando nos llegan voces, a través de ese sueño, y nos dicen: “¡estás inconsciente, desconectado de la verdadera vida, del mundo espiritual!”, no les creemos. Únicamente aquellos que nos ven de un costado comprenden que estamos inconscientes.

Por lo tanto debemos estar felices con el despertar del “punto en el corazón”. A través de este punto comenzamos a discernir algo que nos llega de otro mundo, que existe otra realidad. Y los grandes cabalistas tratan de devolvernos de ese estado inconsciente, despertarnos a la verdadera vida.

A partir de Adán, que fue el primero que recobró el conocimiento, hasta éste día, existe una cadena larga de cabalistas que han conseguido la verdadera vida. Pero hoy, todos debemos volver al conocimiento. Y nuestro medico es Baal haSulam y su asistente Rabash. Ellos han invertido todas sus fuerzas para devolvernos el conocimiento. Ellos son los que atraen el rayo de Luz que irrumpe de la realidad verdadera a nuestro conocimiento desconectado.